Esto es simplemente decir: practica las verdades que has oído, pues significa pastorear los pensamientos de la mente. Para la mayoría de nosotros, nuestros pensamientos son como ovejas descarriadas que no tienen pastor. Se nos llama ahora a gobernar los pensamientos, a gobernar la mente.
Como sabéis, el reino de los cielos es como un hombre que parte a un país lejano, y él llama junto a él a sus sirvientes y les da sus propiedades, sus bienes. A uno le da cinco talentos, a otro le da dos y a otro le da uno – “a cada uno conforme a su respectiva capacidad.” Y cuando regresó pidió un ajuste de cuentas. El que tenía cinco comerció y produjo otros cinco. Él fue muy elogiado y se le dijo que como él fue fiel en lo poco, ahora sería gobernador sobre mucho. El que tenía dos, también comerció y produjo cuatro, y él también fue muy elogiado y se le dijo que entraba en el gozo del Señor. Pero el que tenía uno tuvo miedo porque su amo – así pensó él – era un hombre duro, y así enterró su talento en la tierra y no lo acrecentó. Pero creo que conoces la historia. Fue condenado por su mal uso del talento. Le fue quitado y dado al que tenía más; el que tenía diez.
Apacienta mis ovejas
No muere realmente, pero se queda tan profundamente dormido que sería como si no fuera parte de nosotros.
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