12/15/67

La historia más increíble que jamás se le haya contado al hombre o que se le pueda contar al hombre es el evangelio. Tú y yo leemos en el periódico de la mañana, y todos estamos emocionados de que alguien haya trasplantado un corazón. La revista Time se refiere a ella como la "operación definitiva"; Toma un corazón de uno que está muerto y ponlo en el cuerpo de alguien que lo necesita desesperadamente. Por qué, no lo sé, pero él quiere vegetar más allá de su momento presente. Pero, sin embargo, se le llama la "operación definitiva".

Ahora, permítanme decirles lo que realmente es el evangelio en esencia: Dios, el Dios que creó todo el vasto universo y lo sostiene, se hizo hombre para que el hombre pueda llegar a ser Dios. ¿Puedes concebir alguna historia más grande en el mundo? Pues bien, cuando el hombre lo oye, le da la espalda. Se nos dice que se les dice a los hombres del mundo y ellos lo reciben de cuatro maneras diferentes (Mateo 13:3-23). La mayoría se aleja por completo de ella como la historia más increíble y estúpida que jamás se pueda contar. Se dice que cae al borde del camino y las aves del cielo lo devoraron. Luego están los que lo toman con entusiasmo, pero no están preparados para recibirlo realmente; Y luego, de la noche a la mañana, echa un poco de raíz, pero luego viene el sol y la quema porque no tenía profundidad. El sol hace visibles los hechos de la vida, las cosas que tú y yo llamamos reales, y niega por completo la realidad de lo que se escuchó, y pensaron que debía haber sido solo un sueño vano. Entonces cae sobre, bueno, los espines y los cardos del camino... todos los afanes de la vida. Se trata de pagar el alquiler, comprar comida, ropa y salir adelante en este mundo. Y entonces debe haber un momento en el tiempo en el que nos encargaremos de eso, pero no ahora; y así todos los espinos y los cardos y los afanes del mundo lo ahogan. Luego están los que han sido preparados. Lo escucharon y luchan por mantenerlo vivo. Mientras luchan por mantenerlo vivo, preparan el terreno para recibirlo. Algunos sacan el treinta, el sesenta y el ciento por uno.