20/02/64
El tema de esta noche es “Estados Eternos”. Estados…por estados me refiero a estados de conciencia y estos están condicionados. A diferencia de la Promesa que es incondicionada, los estados de conciencia son todos condicionados. No puedes estar en un estado de conciencia y esperar cosechar el fruto de otro estado. Para cosechar el fruto de un estado, debes ocupar el estado, y cualquier estado en este mundo puede ser ocupado. Eres libre de pasar de un estado a otro, pero el hombre no es consciente de ello. La Biblia nos enseña cómo hacerlo. Se nos dice: “Bienaventurado el hombre que se deleita en la ley del Señor, porque todo lo que hace prosperará” (Sal.1:3). En total, no pocas cosas pero en todo lo que hace prospera si sabe operar la ley de Dios. No es tan difícil como te han dicho. De hecho, no es difícil; sólo necesita aplicación de tu parte. Como todas las artes en este mundo, debe haber un método determinado, y luego debe haber una práctica determinada y una práctica persistente, para que realmente domines la técnica de pasar de un estado a otro.
Ahora aquí hay una historia que nos cuentan... y yo les contaré la historia, y ustedes irán a casa y la leerán, y verán si no la ven con otros ojos. El primero que realmente inició la batalla, el que venció, fue Josué. Josué es Jesús. Se escribe igual. Se escribe Josué en hebreo y luego traducido al inglés sería Jesús. Jesús y Josué son Jehová, lo mismo. Entonces, la batalla realmente comienza con Jehová. Es el sexto libro de la Biblia. La primera vez que este pensamiento aparece en la Biblia lo encontrarás en el capítulo 13 del Génesis. Es la separación de Abraham y Lot. Abraham le dijo a Lot: “Si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda; Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha. La decisión es tuya. Entonces lo tomas, tomas la primera opción”. Y luego miró hacia el valle, era el valle del Jordán, y estaba bien regado y era tan fértil y tan real que Lot eligió el valle del Jordán. Luego Abraham fue a Canaán, y entonces todo le fue dado a Abraham.