5/15/64
El tema de esta noche es “Señales y prodigios”. Como se nos dice en los capítulos 6 y 20 del Libro de Deuteronomio, “El Señor sacó a su pueblo de Egipto con señales y prodigios”. Ahora bien, la Biblia desde el principio hasta el fin es historia divina. Pero esta historia no es historia tal como usted y yo la entendemos. En otras palabras, la investigación histórica nunca podría probarlo o refutarlo; y cualquier religión en este mundo que dependa de la confirmación histórica y científica en realidad no es un acto fijo.
Tomemos ahora el libro, esta historia divina. Es tu historia, una historia que tú y todo niño nacido de mujer viviréis. Todo niño es Adán, y Adán se ve obligado a ser desobediente. Como se nos dice en el capítulo 11 del Libro de Romanos, “Dios ha entregado a todo hombre a la desobediencia, para tener misericordia de todos” (versículo 32). Entonces Adán es la prenda que Dios viste. Y esa desobediencia tiene un propósito sobresaliente: come del árbol del conocimiento del bien y del mal para que nazca la conciencia. Y así nace la conciencia de la aparente desobediencia. Luego pasa por los hornos de la aflicción. Pero al menos tiene conciencia y sabe lo que está bien y lo que está mal. Lo viola una y otra vez. Y así, desde Adán hasta Noé, en las Escrituras es un puro infierno, porque todo es para beneficio propio; y así, simplemente entierra su conciencia que le dice que está mal, y simplemente, bueno, con el propósito de obtener beneficio propio. Luego nos dicen que todo esto ha desaparecido y luego comenzamos con Noah.