11/04/69
En Efesios se nos dice que “Él es nuestra paz, que de ambos nos hizo uno, para crear en sí mismo un solo hombre nuevo en lugar de los dos, trayendo así la paz; y que éste derribó el muro de enemistad entre los dos” (2:14). Ahora bien, este vínculo de paz no es una doctrina ni una filosofía ni ningún tipo de abstracción; es una persona, una persona real. El ser que derribará ese muro de hostilidad entre ustedes mientras están sentados aquí y el ser que realmente son es una persona. Esa persona es Dios. Es el Hijo de Dios, y el Hijo de Dios y Dios son una y la misma persona.
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