Cristo lleva nuestros pecados

Cristo lleva nuestros pecados

Pedro nos dice que Cristo lleva nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz. Y el profeta Isaías dijo: "Él toma nuestras debilidades y lleva nuestras enfermedades."



¿Quién es este ser que lleva nuestros pecados, nuestras debilidades y nuestras enfermedades? ¡Cristo! ¡Nuestra maravillosa imaginación humana! Cuando estás en el dolor o experimentando profunda pena, tu imaginación está haciendo el sufrimiento. Si un amigo te dice que no se siente bien o está en un gran dolor, y le dices que su imaginación – llamada Cristo – está haciendo el sufrimiento, tu amigo no te creería, porque él concibe a Cristo como alguien distinto de él mismo. Pero Cristo es la imaginación humana, y hasta que el hombre descubra esto por sí mismo, la Biblia no tendrá ningún sentido para él.

Se nos dice: "En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra se hizo carne y habita en nosotros." ¡Esa palabra es tu Yo Soy! Y si la Palabra es Dios y habita en ti como tu conciencia, ¿no está haciendo Dios el sufrimiento cuando tú dices, "Yo Estoy sufriendo?" Una vez acabas de revelar el nombre de Dios, estás confesando que Dios está en el dolor; por lo tanto, ¿no lleva Él todos los sufrimientos del mundo en su cuerpo mientras está en la cruz de la humanidad?

Cuando yo hablo de la alegría de despertar al conocimiento de quién es Dios realmente, yo pensaría que todo el mundo estaría ansioso por experimentar esa conciencia; sin embargo, sólo una enésima parte dirá, "¡Sí!" Una amiga escribió, diciendo: "Mi esposo solicitó y recibió un puesto temporal como carpintero, trabajando para el sistema escolar de Los Ángeles. Cuando le despidieron él dijo: 'Me llamarán de nuevo para otro período temporal.' Le sugerí que si quería trabajar ahí de forma permanente, él podría, si lo imaginara. En su lugar, me dio todo tipo de razones por las que un puesto permanente no era posible.

Recientemente fue llamado de nuevo para otro puesto temporal. Cuando le recordé lo que había imaginado hacía seis meses, no quiso reconocer su cosecha de la semilla que había plantado y se enojó mucho. Mientras hablaba, nuestras almas se pusieron en contacto y le oí decir: '¡Yo estoy dormido y no te atrevas a despertarme!'"

Su marido, como el 99% de la gente del mundo, no quiere ser despertado, sintiendo que si él despierta a un nivel superior perderá los placeres de la carne.

Un amigo, un dramaturgo muy exitoso, con muchas estrellas famosas como clientes, solía escuchar mis visiones y mis interpretaciones de las Escrituras durante un corto tiempo, luego me dijo que había oído suficiente. Él no quería ir más allá del punto de la curiosidad para interesarse y desear el mundo espiritual, porque tenía miedo de perder su contacto físico con la vida y él sólo estaba interesado en el sexo. Tenía dinero y todo lo que podía comprar el dinero, y le encantaba dedicarse a ligar en el mundo teatral.

Murió hace unos años y ahora está restituído a un cuerpo igual al que tenía aquí, sólo que joven, lleno de vigor, deseoso de continuar su vida sexual. Este hombre no ha sentido el hambre que es enviada. No es un hambre de alimento o una sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios. Y hasta que ese hambre te posea la palabra de Dios no captará tu interés. Yo puedo ir a la radio y la televisión o escribir artículos para los periódicos respecto a mis experiencias, pero – como el marido de la señora – dirían, "¡Estoy dormido y no te atrevas a despertarme!"

Ahora, Dios y su Palabra son uno, así que si Dios envió su palabra, entonces Él se envió a sí mismo declarando: "El que me ve, ve al que me envió, pues Yo soy la Palabra que no regresará a mí vacía, sino que debo cumplir lo que me propongo y prosperar en aquello para lo cual fui enviado."

El hombre externo es la palabra externa, que viene primero. El hombre interno es luego enviado a animar, y finalmente a dar vida, al hombre externo, por el cumplimiento de la palabra. Y cuando el hombre externo siente hambre de la palabra de Dios, todo lo dicho en las Escrituras sobre el plan de Dios de auto-redención se cumple en él. Él no redime a otra persona, ya que no hay otro. Nosotros somos los dioses que bajaron y Dios sólo puede redimirse a sí mismo cumpliendo las Escrituras.

Ahora, otra señora compartió esta visión diciendo: "Estoy en medio de una enorme multitud. Todo el mundo a mi alrededor está gritando: 'Está loco. Está chiflado. Está loco, está chiflado', una y otra vez. Caminando rápidamente para descubrir a quién se están refiriendo, veo a un hombre que está solo a la cabeza de la multitud. Reconociéndole como al hombre que amo, corro hacia él y grito: 'Te amo, te amo.'"

A pesar de que la multitud surge sobre él y lo golpea, yo continúo expresando mi amor. De repente pone sus manos en mi cuello. Siento su pulgares presionar en mi garganta y siento como si me fuera a morir. Entonces la presión se libera. El hombre levanta las manos, que se convierten en dos alas blancas, que me acarician con un amor indescriptible, cuando me despierto."

Esa noche, esta señora cumplió los capítulos 40, 48, 51, 52 y 53 de Isaías. Le digo sin ninguna duda en mi corazón, que ella está muy cerca de la salvación. Todo en su maravillosa visión se hizo visible. Ella era el hombre y la multitud. Ella se envió a si misma a través del infierno porque se ama a sí misma, igual que tú y yo hacemos. En la encantadora canción de Blake, "Un niño perdido", él decía:

“Nadie ama a otro como a sí mismo,
Ni venera a otro igual.
Ni le es posible al pensamiento
Uno más grande que él conocer.”

¿Cómo puede el pensamiento conocer un pensamiento más grande que él mismo? ¿Cómo puedes amar a otro más que a ti mismo? Es imposible, pues no hay otro.

El amor es el ser que interpreta cada papel. El amor es la multitud, los tentadores, y el maltratado. Siéntete angustiado, y estás maltratando a Cristo diciendo, estoy angustiado. Siéntete avergonzado, limitado, inepto o asustado, y Dios está experimentándolos todos; pues Él es tu conciencia, creyéndose estar avergonzado, limitado, inepto o asustado y muriendo en tus pecados.

Justo cuando mi amigo escuchó la visión le dijo a ella que cambiara la coma, pues la afirmación debería decir: "Antes que Abraham, era Yo Soy", aquí de nuevo nos encontramos con que a menos que tú creas que tu Yo Soy es el que has adorado en el exterior, morirás en tus pecados; pues tu Yo Soy era antes que Abraham.

Es Cristo quien lleva todas tus aflicciones, tus penas y enfermedades. No hay constancia de un hombre que tomara sobre sí una enfermedad terminal, mientras que aquel del que él la tomó fuera liberado. La implicación está ahí, pues – llevando nuestras aflicciones y debilidades – Dios tiene el poder para liberar al hombre. Pero Cristo no es alguien externo a ti mismo. El Cristo Universal es una difusión de una individualidad. Tú dices Yo Soy, yo digo Yo Soy. Somos el mismo Yo Soy, que es Cristo, que es Dios, que es Jehová – ¡pues no hay nada más que Yo Soy!

Cristo, que es tu propio yo, lleva todas tus aflicciones, tus debilidades y pecados; pero esto es difícil de entender para el hombre. Hace varios años yo di una serie de diecinueve conferencias en San Francisco, a la que acudieron una señora y su hijo abogado. Al final de la serie la señora cuestionó a su hijo, diciendo: "¿Crees a Neville?" Y respondiendo con su mente racional, él dijo: "Él suena sincero. Él puede estar sinceramente equivocado, pero estoy seguro de que es sincero."

En ese tiempo el hijo estaba viviendo con su madre. Cada noche antes de acostarse se recordaban uno a otro poner la ley de idéntica cosecha en práctica. Cuando regresé a San Francisco al año siguiente, me enteré de que este hombre había formado una organización que estaba en proceso de construir la más grande y moderna cooperativa en el área de la bahía, llamada la Comstock. Este proyecto fue seguido por la construcción de la península y ahora este caballero tiene millones.

Tanto la madre como el hijo utilizaron la ley para lograr cada una de sus metas, sin embargo ella admitió que no entendía lo que yo quería decir cuando dije que Cristo sufre por ella. Aunque podía decirme: "Tengo un dolor de muelas", no podía captar el hecho de que ella es su imaginación y por lo tanto la causa del dolor de muelas así como de la maravillosa cooperativa.

Si tú estás sufriendo, Cristo está sufriendo, pues su nombre es Yo Soy, y no hay otro Cristo. Dios efectivamente se hizo carne y habita en ti. Una vez que te das cuenta de esto, nunca te volverás hacia otro. Este señor ha hecho una fortuna, sin embargo él no entiende cómo ocurrió todo, porque el hambre no está en él. Aunque no era necesario, no está dispuesto a renunciar a sus enormes posesiones terrenales para tener las experiencias que darían lugar a la regeneración.

No matas el deseo. No te has castrado. Estás simplemente más allá de la organización del sexo y tu deseo por las cosas terrenales deja de existir. El noventa y nueve por ciento de la gente aquí desea los placeres mundanos, mientras yo hablo de un placer que trasciende este mundo – donde se vive en un mundo de realidad y creatividad. Pero hasta que ese hambre llegue, continuarás deseando cosas que mueren en este mundo.

Ahora, otra señora compartió esta experiencia, diciendo: "En mi visión yo sabía que habías muerto, sin embargo tú habías vuelto a dar conferencias y a enseñar como de costumbre. Llevabas la cara de mi padre terrenal, sin embargo yo sabía que la estructura ósea era tuya. Todo el mundo te llamaba el Padre, pero no conociendo a mi padre terrenal, no podían ver su cara; sólo la tuya. Cuando desperté sabía que la cara que yo tocaba en la superficie sería la de mi padre terrenal, pero su estructura sería la del Padre."

Hay sólo un Padre. Él es quien lleva cada máscara. En esta maravillosa experiencia, ella vio a su padre terrenal llevando la estructura del Padre, porque el Padre es un ser proteico y asume cada cara. Ella vio el fundamento, la estructura ósea del hombre que contaba la historia de su salvación, llevando la cara de su padre terrenal.

Se nos dice que cuando Dios tomó sobre sí los pecados del mundo, fue un hombre de pena, despreciado y rechazado por los hombres. No hay descripción del hombre en quien Dios despertó, porque no es nunca un bello hombre escultural en el exterior, sino una persona perfectamente normal.

Esta señora dijo que ella es muy apasionada del Libro de Juan, ya que parece ser más apreciado que cualquier otro libro de la Biblia. Yo estaré de acuerdo con eso. Ella sintió que la respuesta a la experiencia de la que yo acabo de hablar le vendría del libro de Juan. Le sugiero que lea el capítulo 10 de Juan. En él Cristo es llamado un hombre que tiene un demonio y ellos preguntan por qué le escuchan. Tú, querida, eres esa figura central, y también eres la multitud gritándote a ti misma; y tú niegas la existencia del Cristo dentro, pues no hay otro. No hay más que Dios.

Puedes poner a Dios a prueba, y si Él se demuestra en la prueba, entonces tú sabrás que Dios es tu propia maravillosa imaginación humana. Si quieres la alegría del matrimonio, una historia de amor o un romance, puedes poner a prueba a Dios asumiendo que quien tú deseas está contigo ahora. Y en la medida en que persistas en esa asunción, será tuya para experimentarla. No te preocupes de cómo o cuándo sucederá; simplemente persiste en la asunción de que ya ha sucedido, y cuando lo hagas tú sabrás quién es Dios.

Mi esposa se despertó demasiado temprano para levantarse esta mañana, así que pensó en lo que más quería, y eso era que su marido y su hija fueran dichosamente felices. Pensando en lo que ella podía hacer para hacerlo así, se dio cuenta de que era algo que sólo ellos deben decidir. Luego se quedó dormida habitando en su felicidad y éste es su sueño: Al verme acostado en un sofá, me oyó decir, "No me siento cómodo aquí", y ella contestó, "Lo sé – no te gusta dormir en la primera planta, pero en cambio podrías ser elevado y dormir arriba."

Entonces el sueño cambió y ella estaba armando un rompecabezas con nuestra hija Vicki, que empezó a reírse mientras escogía una pieza del rompecabezas y la observaba caer en su lugar perfecto. Mirando a Vicki ella se dijo, "Nunca la he visto tan bonita y estar tan dichosamente feliz." Entonces ella se despertó. Su deseo de felicidad fue respondido en la profundidad de su ser y ahora debe venir a la superficie.

Jesucristo es tu propia maravillosa imaginación humana y su historia es toda sobre ti. Contada en tercera persona, está escrita como si otro estuviera haciendo todo el sufrimiento por ti; sin embargo, tú sabes que tú eres el que está sufriendo. Yo te digo, que a menos que creas que tu conciencia de ser es Dios, seguirás desviándote del blanco, con lo que permanecerás en el pecado.

"Yo Soy" es la clave de las Escrituras. Llamado Jesucristo en el Nuevo Testamento, el nombre de Dios Padre es revelado en el Antiguo Testamento como Yo Soy. Habiendo venido al mundo a cumplir la palabra, no puedes regresar vacío, sino que debes cumplir lo que te propusiste y prosperar en aquello para lo que te enviaste a ti mismo. Después de inspirar a los profetas para contar tu historia, viniste no sólo a cumplir su profecía, sino a compartir tus experiencias para animar a los demás.

El Antiguo Testamento es un proyecto profético que tú cumplirás, pues tú eres el Jehová del Antiguo Testamento y el Jesucristo del Nuevo. Puedes aceptar esta verdad o rechazarla, pero lo que te estoy diciendo es cierto. Cristo no es un pequeño hombre, sino la individualidad difundida universalmente de lo que nosotros somos. Así que cuando uno despierta y el segundo le sigue, el tercero despertará y finalmente todos los individuos difundidos universalmente despertarán en ese glorioso cuerpo llamado el reino de los cielos. Habiendo venido y vencido al mundo de la muerte, seremos victoriosos sobre nuestro desafío.

Los hombres de ciencia nos dicen que el universo se está fundiendo y un día llegará a su fin. No voy a cuestionar esto, pero yo sé que la Imaginación vino a este mundo de muerte para vencerlo. También sé que nada muere, porque somos la Imaginación inmortal que se vistió con estas vestimentas de carne que mueren; pero nosotros – su espíritu dador de vida – no podemos morir.

No puedo obligar a nadie a querer mis experiencias. Mi familia en Barbados toda vive con comodidad y saben que ganan mucho más que yo. Ellos juzgan a un hombre por lo que tiene en este mundo y no están interesados en lo que es. Ellos no pueden entender por qué un hombre de mi edad sigue haciendo lo que yo estoy haciendo, cuando podía irme a Barbados y vivir de maravilla, con todos los gastos pagados por la empresa. Y no puedo convencerlos para que me escuchen, porque el hambre no está en ellos.

Hasta que el hambre por oír la Palabra de Dios te posea, tú seguirás siendo poseído por el mundo. Puedes convertirte en el Papa, pero eso no significa que tienes hambre por la palabra de Dios. Puede significar que tienes hambre por el poder que reside en el cargo del Papa, el hambre de ser reconocido y alabado. Pero cuando el hambre de experimentar la palabra de Dios te posea, tú sabrás que tú – la Palabra – te enviaste a ti mismo. Entonces entenderás las palabras: "El que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado", pues tú cumplirás la palabra de Dios.

Debe haber dos testigos: uno externo y otro interno. El testigo externo es las Escrituras, y tú que tienes la experiencia espiritual eres el testigo interno. Conociendo tus experiencias paralelas a las Escrituras, sabes que el Padre en las profundidades de tu propio ser observa para ver que todas las piezas estén en su lugar y la imagen de su propósito declarado sea perfecta.

Habiendo profetizado lo que debe tener lugar, Dios lo cumplirá; y tú – la imagen del Dios invisible – irradiarás su gloria y te convertirás en la imagen expresa de su persona. Entonces tú serás usado como la estructura ósea sobre la que cada cara será colocada para revelar al que tiene la experiencia, el significado de ser Dios Padre.

En la visión de mi amiga todo el mundo se refería a mí como el Padre. Su padre era un padre, pero yo soy el Padre sobre el que la cara de cada padre se coloca. Ella era consciente de que yo había muerto y había regresado, sólo para contar la historia del plan de salvación de Dios a fin de redimirme, pues sólo existe Dios en el mundo.

Ahora entremos en el silencio.