Entonces fue y cerró la puerta

"Entonces entró y cerró la puerta". Lo que suceda detrás de las puertas cerradas va a ser de tremendo interés para el mundo exterior. "Lo que se cuenta en secreto se llama desde las azoteas". Cuando piensas en la palabra "secreto", piensas en la "puerta cerrada", piensas en el "lugar secreto del Altísimo", de hecho, piensas en el centro del Ser. Hasta que un hombre no aprenda la ley del silencio, no puede abandonar su ardiente desierto de experiencia humana.

"El que viaja solo, llegará lejos"; "El que se calla, tomará una ciudad [un nuevo estado de conciencia]", y así, aquel que aprende a "apartarse de entre ellos y ser apartado" está colocando sus pies firmemente en la escalera que conduce con seguridad a la realización del cielo.

La energía es silenciosa; Su manifestación puede provocar un tumulto terrible, pero el poder por sí mismo es silencioso. "Estad quietos y sabed que yo soy Dios" ha sido un mandamiento que ha sido tan poco escuchado como el que dice: "Antes de que pregunten, yo responderé", pero eso también habla de silencio, logrando algo que el ruido no pudo. El carbón ardiente que se coloca en los labios los sella para siempre, y es a uno de ellos a quien se le da el poder, porque ha descubierto algo en el silencio que nunca podrá descubrir en ninguna otra parte. Ha encontrado ciertos resortes secretos que, cuando se liberen, harán que toda la faz de su universo cambie, y la gente dirá: "Es un milagro", pero él sabrá de otra manera.