Antes de que podáis entrar en esa paz que sobrepasa todo entendimiento, primero debéis ser eliminados de todas las ilusiones que ahora os esclavizan, las ilusiones de las divisiones.
Si te identificas con la raza, el credo o el color y escuchas aquello con lo que te identificas, te critican y condenan, automáticamente te herirá esa crítica. Cada apego es un bar en la prisión que tú mismo has creado. Tu única salida reside en el desapego. Debes dejarlo todo y seguirme. En Cristo no hay ni griego ni judío vínculo ni libre.
Tus apegos actuales están arraigados en ti debido a tu actual concepción de ti mismo. Tu concepto de ti mismo es la vara de medir con la que mides el mundo.