Tu maravillosa imaginación humana es el verdadero poder creativo de Dios dentro de ti. Es tu salvador. Si tuvieras sed, el agua sería tu salvadora. Si necesitara un trabajo, el empleo sería su salvador. Tu imaginación es el poder de salvarte de cualquier circunstancia en la que te encuentres ahora. Puedes experimentar el deseo de tu corazón mediante el uso de tu imaginación. Nada es imposible para tu imaginación. Tu imaginación es ilimitada en lo que puede lograr. Si puedes imaginar algo, puedes lograrlo. Dejame darte un ejemplo. Si no pudiera caminar y estuviera confinado a una silla de ruedas, podría cerrar los ojos e imaginarse corriendo por la playa o chapoteando en el agua. Si te imaginaras haciendo esto hasta que adquiriera los tonos de la realidad, podrías lograr una curación que te permitiría caminar o correr.
La forma de usar tu imaginación creativamente es esta. Relájate en una silla o en una cama y cierra los ojos. Primero determina qué es lo que deseas experimentar. Luego, en este estado de completa relajación, recuerda el resultado final de lo que deseas. En otras palabras, si estuviera buscando un ascenso en el trabajo, el resultado final podría ser que la gente lo felicitaría por su ascenso. Podrías mudarte a una oficina más grande. Disfrutarías de un aumento de sueldo. Tome cualquiera de estos eventos y, con los ojos cerrados, escuche a sus amigos felicitarlo por su ascenso. Siente su mano en la tuya mientras te dicen lo felices que están por ti. Al sentir realmente que te felicitan, tu imaginación se pondrá a trabajar para lograr ese estado en tu mundo exterior. No necesita preocuparse por cómo se logrará esto. Tu imaginación utilizará cualquier medio natural que sea necesario para lograrlo. “Yo soy el principio y el fin”. "Mis caminos están más allá de ser descubiertos". Lo que haces en la imaginación es un acto creativo instantáneo. Sin embargo, en este mundo tridimensional, los acontecimientos aparecen en una secuencia temporal. Por lo tanto, puede llevar un breve intervalo de tiempo darse cuenta en el mundo exterior de lo que acaba de experimentar en la imaginación. Después de haber realizado este acto en tu imaginación, abre los ojos y continúa con tus asuntos normales y naturales, confiando en que lo que has hecho debe hacerse realidad en tu mundo. Haz que tus conversaciones internas se ajusten a tu acto imaginal. Has plantado una semilla y pronto verás la cosecha de lo que has sembrado.