Lo que traté de decirles fue esto: nos convertimos en lo que contemplamos. Porque es la naturaleza del amor, como lo es la naturaleza del odio, transformarnos a la semejanza de lo que contemplamos. Anoche simplemente leí una noticia para mostrarles que cuando pensamos que podemos destruir nuestra imagen rompiendo el espejo, solo nos estamos engañando a nosotros mismos.
Cuando, a través de la guerra o la revolución, destruimos títulos que para nosotros representan arrogancia y codicia, nos convertimos con el tiempo en la encarnación de lo que creíamos haber destruido. De modo que hoy en día el pueblo que pensaba haber destruido a los tiranos es él mismo lo que creía haber destruido.
Para que no se me malinterprete, permítaseme volver a poner los cimientos de este principio. La conciencia es la única realidad. Somos incapaces de ver más que los contenidos de nuestra propia conciencia
Esta publicación es solo para suscriptores de pago
Regístrate ahora y actualiza tu cuenta para leer la publicación y acceder a la biblioteca completa de publicaciones solo para suscriptores de pago.
Regístrate ahora
¿Ya tienes una cuenta? Iniciar sesión